La enfermedad coronaria es el tipo más común de enfermedad cardíaca y la principal causa de mortalidad en el mundo.
La lesión básica que produce es la placa de ateroma, que es una acumulación de colesterol y otras grasas en la pared de los conductos sanguíneos. Si el tamaño de estas placas es muy grande, puede impedir o cortar totalmente el suministro de sangre al corazón, lo que puede provocar desde complicaciones en las arterias o enfermedades vasculares, hasta una angina de pecho o un ataque al corazón.
La Organización Mundial de la Salud habla de una serie de factores de riesgo de enfermedad coronaria. Estos factores de riesgo se pueden clasificar en tres categorías:
1.- Factores de riesgo inherente, es decir que están asociados al posterior aumento de riesgo de desarrollar complicaciones coronarias. Estos son:
- Edad: a mayor edad mayor riesgo.
- Sexo: los hombres tienen la misma incidencia de enfermedad coronaria que las mujeres con quince años más.
- Diabetes mellitus: tanto en su forma juvenil como en la de adulto se asocia con un aumento de la prevalencia de arterosclerosis cardiovascular.
- Historia familiar: tener antecedentes familiares de primer grado con enfermedad coronaria aumenta la probabilidad de padecer un trastorno de este tipo.
2.- Factores tradicionales o debidos al estilo de vida: estos son en su mayoría, malos hábitos de vida y comportamientos que inciden directa o indirectamente en el aumento del riesgo de padecer enfermedad cardiovascular. Estos son:
- Hiperlipidemia (niveles elevados de colesterol en sangre)
- Hipertensión
- Falta de ejercicio físico
- Obesidad tipo II y III, especialmente la obesidad abdominal. Un diámetro de circunferencia abdominal mayor de 88 cm en mujeres y de 102 en hombres es un predictor de enfermedad cardiovascular, así como los cambios bruscos de peso.
- Ingesta de alcohol superior a 40 gramos diarios.
3.- Factores debidos a la emocionalidad negativa. Las características psicosociales y emocionales también colaboran en aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria:
- Eventos vitales estresantes: cambios importantes en el lugar de residencia o en el tipo de ocupación, pérdida del empleo, muerte de un familiar, eventos traumáticos, …
- Patrón de conducta Tipo A: personas con un afán intenso y constante por conseguir metas establecidas por ellos mismos, con marcada tendencia a la competitividad, deseo de reconocimiento y de logro, implicación en varias tareas al mismo tiempo, tendencia a la realización apresurada de todo tipo de funciones y en estado de alerta permanente.
- Agresividad, hostilidad e ira. Las personas con una actitud hostil tienen frecuentes episodios de ira y como consecuencia mantienen estados de hipervigilancia, con la consecuente elevación de la frecuencia cardíaca y segregación de determinadas hormonas. Además, una actitud hostil hace que la persona que la padece se vea sometida a situaciones de estrés psicosocial, ya que ella misma acaba creando situaciones tensas con otras personas, provocando la pérdida de apoyo social.
- Depresión. La presencia de esta predice la ocurrencia de trastornos cardiovasulares.
- Personalidad Tipo D: rasgo de personalidad caracterizado por la afectividad negativa (tendencia a preocuparse,visión pesimista de las cosas, sentimientos de infelicidad, tensión crónica,…) y por la inhibición social (tendencia a mantenerse distanciado de los demás, inhibir la expresión de emociones y las conductas de interacción social).
Para prevenir, no podemos olvidarnos de los factores de riesgo coronario clásico (presión arterial elevada, niveles altos de colesterol, falta de ejercicio, fumar y beber alcohol), pero tampoco podemos olvidarnos de los factores comportamentales y emocionales, que son de una importancia central, para los que la terapia cognitivo-conductual es de gran ayuda.
(Bibliografía: Intervención comportamental en los trastornos cardiovasculares. Fernández-Abascal, 2009)
Deja una respuesta