Trastorno Afectivo Estacional


Hace pocos días que llegó la primavera y con ella, días más largos y mejores temperaturas. Hay algunas personas que esperan su llegada contando los días. Estas son las personas que padecen Trastorno Afectivo Estacional.

atardecer de veranoEste trastorno es una forma de depresión que aparece en la misma época cada año. Las personas que lo padecen, sufren síntomas de depresión a medida que se acerca el invierno y las horas de luz se van reduciendo. Cuando la primavera regresa y los días vuelven a ser más largos, experimentan alivio de sus síntomas y su estado de ánimo y nivel de energía se normalizan.

Las personas que lo padecen pueden notar alguno o todos de los siguientes síntomas:

  • Cambios en el estado de ánimo: sentirse triste o irritable la mayoría del tiempo por lo menos durante 2 semanas en una época específica del año.
  • Incapacidad para disfrutar: pérdida de interés en las cosas que disfruta normalmente y sentirse incapaz de disfrutar de las cosas como antes.
  • Poca energía: cansancio inusual o la fatiga sin razón aparente.
  • Cambios en el sueño: la persona podría dormir mucho más de lo usual.
  • Cambios en la alimentación: pueden incluir ganas de consumir carbohidratos simples y la tendencia a comer de más.
  • Dificultad para concentrarse: podría tener mayor dificultad para completar los deberes a tiempo o podría carecer de la motivación usual.
  • Disminución de las actividades sociales: la persona podría pasar menos tiempo con los amigos, en actividades sociales, o en actividades extracurriculares.

Los problemas causados por los síntomas anteriores pueden afectar a la autoestima y hacer que una persona se sienta frustrada, aislada y solitaria, especialmente si no se da cuenta de qué es lo que está causando los cambios en la energía, el estado de ánimo y la motivación.

No todas las personas sufren  depresión estacional. Se calcula que 6 de cada 100 personas lo padecen. Todavía no se sabe completamente por qué ciertas personas tienen más probabilidad de padecer el trastorno que otras. Los expertos indican que puede ser que algunas personas sean más sensibles que otras a las variaciones de luz y, por lo tanto, pueden experimentar cambios más dramáticos en la producción hormonal que depende de su exposición a la luz.

De esto, han hablado varios especialistas en psicología, con motivo del Día Meteorológico Mundial. Éstos, han relacionado diversos factores del clima con la agresividad y la depresión. Han explicado que el calor, el viento y la luz, son los factores climáticos que más afectan al comportamiento de la población.

Hay algunos estudios que demuestran la relación del calor y la agresividad, indicando que las altas temperaturas aumentan la agresividad, la irritabilidad, las tasas de suicidio y los delitos como robos. Esto ocurre porque la agresividad no solo está relacionada con factores afectivos, sino que también lo está con factores externos como el clima. Según dichos estudios, hasta los 30° de temperatura la agresividad aumenta pero con temperaturas mayores, empieza a disminuir.

El viento también tiene consecuencias en las personas. En este sentido, han indicado como el efecto Foehn o Terrales (vientos que producen un fuerte contraste climático), pueden agravar localmente diversos trastornos psicológicos, depresivos, de ansiedad, de atención o irritabilidad.

En cuanto a la luz, han indicado que la falta de ésta también afecta al estado de ánimo. La falta de luz puede inducir a la depresión o a un trastorno afectivo estacional. Esto ocurre, porque la falta de luz influye en varias hormonas clave de nuestro organismo: la melatonina y la serotonina.  Estas dos hormonas ayudan a regular los ciclos de sueño-alerta, la energía y el estado de ánimo. La melatonina  es una hormona asociada con el sueño, que varía su concentración en el cuerpo de acuerdo al ciclo diurno/nocturno ya que responde a cambios en la iluminación ambiental. El cuerpo produce esta hormona en mayores cantidades cuando hay oscuridad o cuando los días son más cortos. Este aumento en la producción de melatonina puede hacer que una persona se sienta somnolienta y letárgica. Con la serotonina, sucede lo opuesto. La producción de serotonina aumenta cuando una persona está expuesta a la luz solar, de modo que es probable que los niveles de serotonina sean más bajos durante el invierno, cuando los días son más cortos. Los niveles bajos de serotonina están asociados con depresión.

Por todo lo anterior, los días más cortos y las horas de oscuridad más largas en el otoño y el invierno pueden causar un aumento en los niveles de melatonina y una disminución en los niveles de serotonina, que podrían crear condiciones biológicas para la  o un trastorno afectivo estacional.

Si invierno tras invierno sientes alguno o todos de los síntomas descritos y crees que podrías padecer un trastorno afectivo estacional, es importante que acudas a especialistas que te puedan indicar las pautas a seguir más adecuadas a tu caso concreto.

Fuentes: kidshealth.org y psiquiatria.com

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