Querer llevar una dieta sana y equilibrada, es recomendable y saludable, pero hay que tener cuidado de no llevar el control de la alimentación al extremo, ya que eso podría acabar derivando en una alteración del comportamiento alimentario.
Los trastornos de la conducta alimentaria son un problema relevante para la salud pública ya que en los últimos años se ha producido un incremento de su incidencia y prevalencia.
Los trastornos más comunes, que afectan tanto a niños y niñas como a adolescentes y adultos, son:
- Obesidad
- Trastorno por atracón
- Anorexia nerviosa
- Bulimia nerviosa
Aunque sus manifestaciones y la gravedad de su sintomatología son distintas en cada uno de los trastornos alimentarios, todos ellos tienen en común:
- Afectan principalmente a mujeres.
- Insatisfacción con el tamaño y forma del cuerpo.
Otros aspectos comunes en todos salvo, en el trastorno por atracón son:
- Insatisfacción con la forma y tamaño del cuerpo.
- Presencia de ansiedad y depresión.
- Deseo de adelgazar.
- Deterioro de la percepción de la imagen corporal.
- Baja autoestima como consecuencia de las dificultades para controlar el peso.
La presión social por la imagen estética de delgadez (sobre todo en las mujeres) y el culto al cuerpo, han contribuido de manera decisiva a la estigmatización que sufren las personas obesas. Ello ha favorecido tanto el aumento del número de personas que siguen dietas, como el incremento de otros trastornos alimentarios relacionados con el peso y la figura. De ahí la aparición cada vez mayor cada año del número de casos de anorexia y bulimia.
La alimentación consumista y el sedentarismo son también responsables de un incremento de la obesidad tanto en niños y niñas como en adultos y esto está a su vez, relacionado con el incremento de la anorexia y bulimia nerviosa. Con mucha frecuencia, el antecedente primario de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa es la obesidad.
En la actualidad, parece evidente que en la aparición y mantenimiento de los trastornos de la conducta alimentaria convergen múltiples factores entre los que además de los genéticos y biológicos, están los factores comportamentales, psicológicos, cognitivos, familiares, socioculturales y los relacionados con la percepción de la imagen corporal. De ahí la importancia de incluir en el tratamiento la figura del profesional de la psicología.
Deja una respuesta