Entrenamiento en Habilidades Sociales


Las habilidades sociales se pueden entender como aquellos comportamientos eficaces en situaciones de interacción social.

Las habilidades sociales no son una característica de la persona, es decir, no somos más o menos habilidosos, sino que son una característica del comportamiento de la persona, es decir, tenemos más o menos habilidad para ejecutar determinados comportamientos sociales y, por lo tanto, se pueden modificar y aprender.

Si decimos que somos poco habilidosos o habilidosas, estamos diciendo que una cualidad de nuestra personalidad es ser poco habilidoso, por lo que es probable que, escudándonos en ello, no intentemos esforzarnos en mejorar, ya que para qué hacer algo por cambiar si «yo soy así». Por el contrario, si aceptamos que las habilidades son una característica de nuestro comportamiento, dado que nuestra forma de comportarnos se va aprendiendo y modificando o moldeando en función de nuestras experiencias, es más fácil que aceptemos que podemos mejorar y aprender a relacionarnos socialmente de forma satisfactoria.

Hay diferentes tipos de habilidades sociales y, en función de cada situación de nuestra vida diaria, pondremos en práctica unas habilidades u otras. Ninguna persona es experta en todas, ya que la capacidad para desarrollar cada una de esas conductas de forma efectiva dependerá de las oportunidades de ponerlas en práctica.

Hay varios factores que influyen en nuestro comportamiento social. Estos son todo nuestro repertorio de pensamientos, creencias, valores, sentimientos y emociones, así como el nivel de ansiedad que experimentamos ante las interacciones interpersonales. A mayor nivel de ansiedad, menos probabilidad de que pongamos en práctica esas conductas. En función de esos factores será más o menos alta nuestra autoestima y más o menos eficaz nuestra forma de comunicarnos y comportarnos socialmente.

HabilidadesEn una sociedad fuertemente influida por la tecnología, las relaciones sociales están marcadas por las redes sociales a través de Internet y el móvil, por lo que la comunicación cara a cara entre varias personas se ve limitada a unas pocas situaciones. A través del ordenador, poco o nada se puede ver de ese lenguaje no verbal (mirada, gestos, movimientos, etc) tan importante para una buena comunicación. Como mencionamos, las habilidades sociales se mejoran y aprenden poniéndolas en práctica y, si la mayor parte de nuestras relaciones son a través de medios informáticos, cada vez nos costará más relacionarnos físicamente ya que, cuanta menos práctica, más probabilidad de que nos generen ansiedad e inseguridad las relaciones interpersonales.

La mayoría de nuestros objetivos, tanto personales como profesionales, están mediados socialmente; es decir, dependen, en cierto grado, de la colaboración de otras personas. Si nuestra conducta social no es hábil la consecución de determinados objetivos será poco probable, siendo necesario realizar un entrenamiento en habilidades sociales.

El entrenamiento en habilidades sociales, es un procedimiento conductual, orientado a la adquisición y desarrollo de aquellas habilidades que permitan a los personas mantener interacciones sociales satisfactorias en su ámbito real de actuación. El procedimiento consta de cuatro etapas:

  • 1ª etapaAnalizar por qué la persona no se comporta de forma socialmente adecuada. Construir un sistema de creencias que mantenga el respeto por los propios derechos personales y los de los demás.
  • 2ª etapa: Distinguir entre respuestas asertivas, pasivas y agresivas.
  • 3ª etapa: Detectar y modificar los modos de pensar incorrectos de la persona o socialmente inadecuados. El objetivo es que reconozca que lo que se dice a sí mismo puede influir en sus sentimientos y conducta.
  • 4ª etapa: Ensayar las respuestas socialmente adecuadas en situaciones determinadas. Se pretende que sirva para la generalización a la vida real.

Son muchos los trastornos que están asociados a un déficit de habilidades sociales, ya sea porque el déficit de éstas ha generado una baja autoestima y niveles elevados de ansiedad ante determinadas interacciones sociales, o ya sea porque los altos niveles de ansiedad asociados a baja autoestima y malas experiencias sociales, hayan generado un déficit en determinadas habilidades. Sea cual sea el caso, es necesario, en la mayoría de los trastornos asociados a la ansiedad o a la depresión, entre otros, trabajar las habilidades sociales  al mismo tiempo que se trabaja el aprender a detectar y modificar las creencias o pensamientos distorsionados o negativos, así como a manejar los niveles altos de ansiedad, ya que todo ello contribuye a mejorar la autoestima y a aumentar las oportunidades de interacción social, generando un bienestar psicológico general. De ahí la importancia del Entrenamiento en Habilidades Sociales en combinación con otras técnicas de intervención.

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