
La terapia psicológica EMDR (de sus siglas en inglés, Eye Movement Desensitization and Reprocessing), es un tratamiento psicológico de ocho fases compuesto por protocolos y procedimientos estandarizados aplicables tanto en personas adultas como en la infancia y adolescencia.
Fue desarrollada en 1987 por la psicóloga norteamericana Francine Shapiro para trabajar los recuerdos traumáticos y los síntomas de estrés asociados a los mismos.
Al vivir un suceso traumático o situaciones desagradables e intensas, el procesamiento del trauma puede no hacerse correctamente y quedar bloqueado. Al no archivar correctamente la información de este suceso en la red de recuerdos que corresponde, la información se fragmenta en el sistema nervioso de forma que se puede activar automáticamente llegando a condicionar la conducta y afectar a la vida de la persona.
Si la experiencia no es traumática, nuestro cerebro podrá digerirla, procesarla, se almacenará de forma adaptativa y sacará un aprendizaje de ella.
Si los recuerdos están procesados, reaccionamos del modo que más nos conviene. Si no, pueden causar que reaccionemos desproporcionadamente o que actuemos de manera dañina para nosotros mismos o los demás.
Los recuerdos no procesados son experiencias negativas, traumáticas que, al ser emocionalmente muy estresantes, pueden colapsar el sistema y hacer que el procesamiento de la información se altere. Por ejemplo:
- Humillaciones infantiles.
- Fracasos.
- Rechazos.
- Discusiones.
- Rupturas.
- Muertes.
- Enfermedades.
- Accidentes.
- Abusos.
- Maltrato físico o emocional.
- Guerras.
- Desastres naturales.
El cerebro no puede digerir la información y llevarla a un estado de resolución por sí solo. Queda almacenada en el cerebro de forma física, aislada en el sistema nervioso, con imágenes, emociones, pensamientos, sensaciones físicas y la perturbación que se experimentaron cuando sucedieron. El cerebro no puede llevar a cabo el aprendizaje.
Shapiro, 2001
Los recuerdos no procesados son el objetivo de la terapia EMDR, para que puedan ser digeridos y conectados con otros recuerdos, reorganizándolos y almacenándolos de forma adaptativa. Lo que es útil se aprende y lo que no se descarta y deja de traer síntomas al presente.

Lo que se busca con el proceso EMDR es que los hemisferios se hablen entre sí y procesar la información para reducir el problema emocional.
Se basa en la estimulación bilateral de ambos hemisferios del cerebro a través de movimientos oculares u otras modalidades como la auditiva y táctil/tapping, para que le vengan a la memoria del paciente otras partes del evento traumático o recuerdo.
Hace algo similar a la fase REM del sueño en que se afrontan estados de estrés de forma adaptativa creando conexiones entre experiencias pasadas para resolver problemas.
En el modelo EMDR hay que seguir una serie de pasos muy bien estandarizados y cumplir con los protocolos de actuación establecidos.

Las ocho fases y el protocolo de la línea temporal pasado–presente-futuro, facilitan una evaluación integral de la imagen de la memoria traumática, la preparación del paciente y el procesamiento de:
1) los eventos pasados que han asentado las bases para la patología
2) las situaciones perturbadoras actuales
3) los desafíos o posibles estímulos futuros que pudieran facilitar la aparición de los síntomas
Aunque la terapia EMDR se compone de 8 fases, para poder estimar el número de sesiones necesarias hasta conseguir el alta es necesario conocer la situación del cada paciente y realizar un diagnóstico de su evolución tras cada consulta.
Desde hace algunos años, gracias a la mayoría de los estudios en este terreno, la terapia EMDR se ha impuesto como el principal método psicoterapéutico para el tratamiento del estrés agudo y del trastorno por estrés postraumático. Por ello, el EMDR se ha convertido en una terapia utilizada a nivel mundial.
La terapia fue reconocida como tratamiento del síndrome de estrés postraumático por el INSERM en 2004; en 2008 por la Haute Autorité de Santé, junto a las terapias conductual y cognitiva, y en 2012 por la OMS, la Organización Mundial de la Salud.
Con la ayuda del tratamiento con EMDR, millones de personas se han recuperado de los efectos de desastres naturales, accidentes de carretera, tren y avión, guerras, traumas de guerra, terrorismo, agresiones sexuales, abuso infantil, el trauma de haber sido diagnosticado con una enfermedad terminal, síndrome del miembro fantasma, abuso crónico de sustancias y una serie de trastornos somatoformes.
Su aplicación se ha extendido a un amplio rango de problemas clínicos:
- Trastorno por estrés postraumático (TEPT).
- Depresión.
- Ansiedad.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
- Baja autoestima.
- Fobia social.
- Duelo
- Traumas
- Fobias
- Trastorno de pánico
- Dolor crónico
- Estrés
- Abuso de sustancias
- Terapia de pareja
- Relaciones de pareja
- Relaciones conflictivas
- Terapia familiar
- Apego inseguro
Si crees que puedes beneficiarte del tratamiento con EMDR o necesitas mayor aclaración, no dudes en contactar.